El maltrato a los animales es un asunto muy serio y preocupante que afecta a la sociedad con repercusiones muy nocivas para los grupos más vulnerables.
Estudios e investigaciones demuestran que existe un estrecho vínculo entre el maltrato a los animales y el maltrato infantil, el maltrato de ancianos, la violencia de género y otras formas de violencia interpersonal. Intervenciones preventivas que buscan otorgar una protección especial a las personas más vulnerables, deben tomar este vínculo en cuenta y no pueden dejar de lado el maltrato animal, incluyendo todos aquellos espectáculos y manifestaciones de violencia con animales que crean un clima social y cultural de tolerancia o aceptación de la violencia.
El maltrato animal es una señal de alerta. Investigaciones señalan que el abuso a los animales está vinculado con la violencia doméstica.
Los animales son seres que sienten y experimentan dolor cuando se les lastima. La crueldad hacia los animales es un problema social que no sólo afecta a los animales maltratados sino a la sociedad entera. La agresión resulta peligrosa para todos porque puede ir en escalada dañando también a las personas. La Real Academia Española define a la crueldad como: “Una acción cruel e inhumana que genera dolor y sufrimiento en otro ser”.
Abuso a los animales y violencia familiar
La violencia intrafamiliar es toda acción u omisión por al menos uno de los miembros de un grupo familiar, que ocasione algún daño físico, psicológico, sexual o social a uno o varios de sus integrantes. Diversas investigaciones coinciden en afirmar que el maltrato animal y la violencia doméstica muchas veces coexisten. Una de ellas es el estudio de Craig Daniell, Ontario SPC’s women’s shelter survey shows staggering results. The Latham Letter, del año 2001, donde mujeres ubicadas en refugios seguros declararon que sus parejas las habían amenazado con lastimar a sus animales de compañía e incluso los habían asesinado.
El agresor maltrata a los animales para causar sufrimiento en su familia, así como para demostrar a cada uno de sus integrantes el poder y control que ejerce sobre ellos. Usa a los animales como instrumento para chantajear, castigar y lastimar psicológicamente a otra persona. El ofensor cuando lastima a un ser vivo, desinhibe su agresividad, con lo que se le van facilitando actos de violencia interpersonal.
Maltrato infantil, trastorno disocial y abuso hacia los animales de compañía
Los niños que torturan a los animales tal vez habiten en un entorno familiar violento o padezcan un trastorno psicológico.
Aunque los menores no sufrieran directamente de golpes ni daños físicos, la violencia observada en el hogar resulta traumática. El miedo, la impotencia, la falta de dominio y control en sus vidas se convierten en maltrato hacia el ser más vulnerable dentro del seno familiar, usan a los animales domésticos como chivos expiatorios, cuyo sufrimiento alivia momentáneamente su ansiedad. Estos niños aumentan su agresividad cuando imitan modelos violentos, a la vez que se identifican con ese tipo de conductas, para convertirse en adultos agresivos que lastimen o incluso maten a otro ser humano.
No todos los niños maltratados se convierten en adultos abusivos, ya que pueden aprender a canalizar adecuadamente las emociones negativas, superar sus experiencias traumáticas y romper el círculo de la violencia en el que se vieron involucrados.
Maltrato animal y personas mayores
Algunas personas tienen un vínculo muy cercano con sus animales domésticos, ya que les ayudan a aliviar el estrés de la vida diaria, a la vez que les proporcionan alivio, compañía, afecto y por consiguiente, una mejor calidad de vida. Una relación estrecha de adultos mayores con sus animales, a veces es aprovechada por las personas responsables de su cuidado para amenazarlos, tenerlos controlados, desquitarse u obtener beneficios económicos.
Crueldad hacia los animales como indicador de violencia intrafamiliar
Frecuentemente no existe coordinación entre las protectoras de animales, las autoridades y los servicios de protección para víctimas de violencia, por lo que no es posible la detección e intervención oportuna para evitar el abuso a las personas y sus animales de compañía. En muchos casos no está contemplado proporcionar apoyo a las personas maltratadas junto con sus animales domésticos, así que terminan rechazando la ayuda ofrecida cuando los servicios y refugios no consideran el vínculo estrecho entre seres humanos y animales.
A veces, resulta más fácil a las personas que sufren de abuso hablar de la agresión que sufren los animales domésticos que comunicar lo que ellas mismas están padeciendo. Las denuncias de crueldad hacia los animales también proporcionan importante información sobre la violencia familiar.
Es importante que las autoridades no consideren el abuso a los animales como un problema menor. Los veterinarios y especialistas pueden detectar cuando un animal ha sido maltratado y considerarlo como una alerta de violencia doméstica.
Cada vez hay más investigaciones que evidencian la relación que existe entre el maltrato animal y la violencia intrafamiliar. Evitar la crueldad hacia los animales conlleva un beneficio en la lucha contra la violencia humana.
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Articulo escrito por la Dra. Núria Querol Viñas (*)
Hemos tenido conocimiento de los actos de tortura y muerte perpetrados sobre varios cachorros por parte de un individuo (Asesino ‘Knino’) que subió los vídeos del maltrato a su blog ‘Tortura Knis’. El maltrato ejercido sobre estos animales revela un preocupante grado de ensañamiento y falta de empatía, por lo que resulta prioritario recomendar una evaluación psicológica, además de la pena correspondiente, para asegurarse de que esta violencia no se repite ni evoluciona en una escalada de violencia.
Numerosos estudios demuestran la correlación entre crueldad con animales y diferentes trastornos psiquiátricos, vandalismo y otros actos anti-sociales incluyendo violencia contra las personas. Los maltratadores de animales presentan una mayor probabilidad de ser violentos con las personas y de cometer delitos comunes. Según un amplio estudio (Arluke et al., Journal of Interpersonal Violence, 1999), un maltratador de animales presenta cinco veces más probabilidades de cometer crímenes violentos como agresiones físicas, violaciones y asesinato; cuatro veces más de delinquir contra la propiedad; y tres veces más de cometer delitos relacionados con las drogas. Las investigaciones también establecen un vínculo especialmente estrecho entre el maltrato hacia los animales y la violencia doméstica. Aquellos que perpetran actos violentos contra animales son más proclives a cometerlos también con sus cónyuges o hijos.
Debido a la tendencia a la reincidencia en los casos de crueldad con animales y dicha correlación con otros actos anti-sociales, en Estados Unidos ha pasado la primera votación la propuesta de Ley SB 1277 para elaborar un registro oficial de acusados de maltrato con animales, del mismo modo que se hace con los agresores sexuales (Megan’s Law). Recientemente, el condado de Suffolk, en Nueva York, ha implementado el primer registro oficial de maltratadores de animales.
En el Congreso de la Asociación Americana de Criminología se presentó un estudio elaborado en Catalunya por los doctores Ángel Cuquerella (médico forense), Núria Querol (médico de familia del CAP de Valldoreix), Mercè Subirana (médico forense) y Frank Ascione (psicólogo y uno de los mayores expertos mundiales en maltrato a los animales). El estudio se basa en una muestra de 50 sujetos, de los cuales casi el 24% estaban acusados y/o condenados por delitos graves (violentos) o en fase de cumplimiento de sentencia por homicidio, asesinato o asesinato en grado de tentativa, y el 6% por violación (en cuatro casos, de 5 a 23 víctimas por agresor). Se estudió una submuestra de 24 individuos mediante cuestionarios para analizar el maltrato a los animales y la PCL.SV para evaluar rasgos psicopáticos de personalidad y conductas antisociales. Se obtuvo una tríada enuresis-piromanía-crueldad con animales en un 23,5% de la muestra, con tríada incompleta (uno o dos ítems) en un 65%. Si se considera sólo la crueldad hacia los animales como elemento aislado, la encontramos en un 41,7% de la muestra. Otra tríada pronóstica, como es traumatismo “craneal + paranoidismo + abusos” (sexuales, psíquicos y/o físicos; Pincus 2002) aparece completa en un 41% de la muestra y es incompleta en un 70,6%.
Se deben estudiar, pues, factores predictivos de la violencia futura (falta de empatía, enfermedad psiquiátrica, lesión cerebral, crueldad con animales, trastorno de los impulsos y/o retraso de la maduración esfinteriana) para entender el fenómeno de la interacción humana violenta. Las tríadas descritas pueden valorarse en el mundo de la violencia doméstica conyugal, contra los ancianos, los menores, o incluso contra los animales, utilizados muchas veces por los violentos de forma intimidatoria o manipulativa hacia los demás.
Teniendo en cuenta las numerosas evidencias que asocian el maltrato de animales con la violencia hacia los seres humanos, muchos gobiernos han tomado medidas para fortalecer sus leyes de protección de los animales y en varios países las agencias de orden público y los organismos gubernamentales han aprobado políticas basándose en estas conclusiones. A modo de ejemplo: muchas jurisdicciones de Estados Unidos han implementado sistemas de intercambio de datos y de formación entre los servicios sociales y las organizaciones de bienestar animal. Por otra parte, el FBI utiliza información sobre casos de maltrato de animales para buscar e identificar a delincuentes violentos. Se ha instruido a los trabajadores sociales sobre la necesidad de informar acerca de los casos de maltrato a animales y la policía ha recibido entrenamiento para detectar signos de maltrato infantil y de violencia de género al investigar casos de maltrato de animales.
Más recientemente, los servicios de protección a la infancia, las casas de acogida para mujeres maltratadas y las jefaturas de policía local, han comenzado a colaborar con veterinarios y con otras entidades que trabajan en el cuidado de los animales, utilizando los informes sobre casos de maltrato a los animales para identificar hogares donde se puede estar produciendo maltrato infantil o violencia contra la mujer. Cualquiera de los factores que contribuyeron a este terrible acto debe ser adecuadamente evaluado y habría que prescribir ayuda para prevenir más actos violentos ya sea hacia otros animales o hacia personas. Si desean saber más sobre la importancia de la consideración del maltrato a los animales se pueden dirigir al artículo “Violencia hacia los animales por menores… ¿Cosas de niños?”, publicado en el número 13 (abril 2008) de la Revista de Bioética y Derecho de la Universidad de Barcelona.
Esperamos que la Justicia actúe en defensa de quienes no se pueden defender y adopten medidas para evitar que estos actos se repitan.
(*) Bióloga especialista en Biología Celular y Genética y Biosanitaria. Profesora del Máster de Intervención Educativo-terapéutica asistida con animales de la Universidad de Barcelona. Estudios en Psicología, Criminología, Perfil Criminal y Psicopatía, e Investigación de Homicidios en Serie.
SE REQUIERE UNA LEY EN DEFENSA DE LA SANIDAD Y BIENESTAR ANIMAL
+info http://www.gevha.com/
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